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Miscelánea de errores, algunos, y de horrores, otros

Anamari Gomís

1.De la reconciliación y la concordia.

Esta vez, a pesar de lo que me sugiere mi buen amigo Enrique González Casanova, trataré tres temas. El primero son las enormes manifestaciones en España por la ley de amnistía que ha planteado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para aquellos que participaron en el malogrado, por fortuna, proceso de independencia de la región de Cataluña en 2017. Sólo de pensar en Carles Puigdemont, el líder del partido y ex presidente catalán, con el ridículo fleco a la Beatles de los primeros años, me desasosiego. Junts es independentista, defiende que Cataluña conforma una nación y que requiere su propio Estado. Puigdemont se definía como “euroexigente” y criticó a la Unión Europea. Este movimiento defiende la economía de mercado, la colaboración pública privada con la debida administración del gobierno catalán. Los partidarios alimentan un discurso anti-establishment y no se pronuncian por las ideas de derecha ni por las de izquierda. Yo digo que son unos populistas más.

Después su discurso previo a su investidura como candidato a la presidencia del gobierno español, Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, del que ha sido secretario general, manifestó que hay que “Apostar por un futuro de reconciliación y concordia”.

Sánchez fue investido como presidente del Gobierno español en el año 2017 y en el 2020, en coalición con Unidas Podemos, formado por partidos políticos de izquierda, que hasta 2020 se llamó Unidos Podemos.

Muchos españoles se encuentran en desacuerdo con la Amnistía. Pero Sánchez la defiende y también se formula que se necesita detener a la ultra derecha, ya que el Partido Popular, el PP, ha establecido pactos con el partido de ultra derecha, Vox. El líder de Vox, Santiago Abascal, ha acusado a Sánchez de un ataque al Estado de Derecho y pide en el Senado que no se tramite la Ley de Amnistía.

La persecución de las brujas (o de los heterodoxos o los diferentes)

Desde mi país, México, como hija de padres españoles, me pronunció a favor de Pedro Sánchez y espero con ansias que se lleve a cabo su investidura como presidente del Gobierno. Apuesten, sí, españoles, por “un futuro de reconciliación y concordia, aunque los independentistas catalanes me caigan tan mal. Creo que el acuerdo PSOE-JUNTS hay que respetarlo.

Recordémosle a los manifestantes que se pronuncian en contra de la amnistía, que, en 1996, el presidente español del Partido Popular, José María Aznar, ganó las elecciones, sin haber logrado mayoría absoluta, así tuvo que pactar con los independentistas catalanes, en este entonces el partido de Jordi Pujol y le proporcionó a Pujol todo lo que éste le solicitó: canal de televisión, policías, puertos, impuestos, dinero e indultó a presos encarcelados por terrorismo. Nadie se quejó y esto era muchísimo más que una ley de amnistía. También José María Aznar abrió el diálogo con ETA. No hubo querellas. Después de todo, mientras más puentes tiendan los gobernantes, mejor. Hoy a Pedro Sánchez lo tachan de antidemocrático y aún de dictador. ¿En qué mundo estamos?

2. Del odio y de la burla.

El día en que murieron el “magistrade” Jesús Ociel Baena y su pareja sentimental, en una situación difícil de comprender, a navajazos de Gillette, algunos tuiteros de ex Twitter se pronunciaron con sorna. Uno de ellos, tomó un vídeo de un tuit de una joven mujer, que baila muchas veces para celebrar lo que ella desea festejar. El tuitero en cuestión no citó de dónde provenía el corto vídeo. No dio el crédito necesario y con él se mofó de la muerte de alguien que otorgó representatividad a las personas no binarias, sí, calzando zapatos de tacón, pintándose los labios los labios y a veces portando faldas. Su activismo a favor de la comunidad LGBT fue importante y abrió nuevos caminos. La tuitera le pidió al personaje burlón que quitara su vídeo, pero el hombre no lo hizo. Continuó con sus bromas estúpidas, mientras sus amigos, supongo, no muchos debo decir, participaron en el coro. Realmente abominable.

Todavía algunos mexicanos se permiten guasas homofóbicas en las redes, como si nada. ¿No habría manera de educar a nuestros connacionales, primero, o, de no estar civilizados, de sancionarlos con energía?

3. Antisemitismo.

El brutal ataque orquestado el 7 de octubre por la Organización Hamas, que es una poderosa y venenosa serpiente, por medio de cohetes y vehículos transportados por militantes de este grupo islamista, capturó a más de 200 rehenes, asesinó a quien pudieron, incluyendo niños, mujeres y ancianos. En nombre de Alá ninguno de los miembros de Hamas se tocó el corazón. Unos 50 de ellos masacraron unos 250 jóvenes en un “rave” (un festival de música) cerca del kibutz Re´im.

La respuesta del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, de quien los israelíes se quejaron en otro momento, ha sido brutal. Hamás se esconde bajo importantes edificios y hospitales de la franja de Gaza. En esta avanzada han muerto centenares de palestinos, a quienes Hamas, por cierto, usa como escudos humanos. Hamás es financiado por Irán, por Turquía y Catar. Contar con el apoyo de Irán, el régimen de los ayatolas, implica, además, la intervención de Irak y Siria. El problema es sumamente complicado, pero un asunto debe quedar claro: los judíos del mundo no son asesinos, así como tampoco lo son los palestinos que no pertenecen a Hamas. En México, en ciertas zonas de la ciudad, ha habido pintas en las calles y en los templos contra la comunidad judía y, OJO, esto es lo que empezaron a realizar los nazis en Alemania. Hamas desea que se vuelquen todos, aquí y acullá, contra los judíos. No es fácil en esta guerra proclamar la concordia, como Pedro Sánchez en España, pero evitemos a toda costa el viejo, estúpido, pero letal antisemitismo.

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